Fueron Bonitos Tiempos…”

Por: Sarai Pola Ramírez

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El Bohío de la Universidad de Puerto Rico en Utuado

José Lionel Lajara García me relató sus recuerdos de la finca Ada. Él no sabe por qué se llama así. El fue nacido, criado y vivió su niñez allí. Dijo: “Sé que cuando nací la finca le pertenecía a Salvador Vives, pero desde que obtuve conocimiento y razón, se que luego le perteneció a Don Antonio Cabrera.” Me habló sobre la quebrada y las estructuras: “Hay una quebrada, pero no pasa por la finca, sino que es guardarraya entre la finca Ada y la finca de los Rivera que es al otro lado, no habían edificios permanentes, sólo los ranchos. Donde hoy se encuentra la cafetería, el Dr. Domínguez tenia su terreno allí y vivía en una casa colonial de dos plantas con balcón vuelta redonda, hermosa”. Me comentó que: “De arrimados en esa finca sólo había una casa que era de Efraín Margarito. El terreno que está frente a la universidad y al otro lado donde pasa el río Grande de Arecibo es parte de la finca Ada, pero le llamaban la finca del lado de allá. Del lado de allá porque está al otro lado del río. No recuerdo haber visto un arqueólogo, pero si tengo conocimiento que llegaron a estar en la finca.

 

Sé que el Instituto de Cultura fue a llevarse material de la finca. Los dueños, los Cabrera, también tuvieron que haberse llevado algo. Recuerdo haber visto piedras grandes talladas. Yo tenía material indígena para jugar, eran muñequitos pequeños tallados en piedra y puntas de flecha, todo en piedras grisáceas, las encontraba en el patio de mi casa. En la finca del lado de allá, en el río, hay una piedra que es como una laja qué está colocada como a sesenta grados y está llena de petroglifos. Le dicen la piedra del indio. Yo entiendo que a esa piedra trataron de removerla pero es imposible que se la hayan llevado porque era muy pesada y grande. Esa piedra es bien grande, recuerdo yo que cuando tenía ocho años, tenía que buscar como treparme a ella. De esa piedra todos se tiraban al charco. El área donde más artefactos indígenas se encontraban era donde se encuentran los edificios de la universidad arriba.” En ese momento sentí que se desahogó conmigo: “Esos edificios no debieron de haberlos construido allí, es mas nunca debieron de construir ninguna universidad allí. El valor arqueológico de esa finca es extraordinario y lo destruyeron. No le veo la razón de esa universidad allí, porque estaba en el pueblo y el fin de hacerla allí era porque iba a hacer totalmente agrícola y es lo menos que se ve allí. Todo es político.”

Luego me dijo algo muy interesante: “Donde se supone que esté la pista de la universidad, eso era un campo de juego de bola. Ese llano tenia forma de estadio, la parte de los lados eran como bancos en tierra en forma de arco y al otro lado que da hacia la finca, ese tenia forma como una herradura, y se le conocía como el juego de bola.” Uno de sus recuerdos más bonito fue cuando relató lo siguiente: “Mi papá araba toda esa tierra, la finca entera estaba sembrada en caña y cuando salía de la escuela me encantaba caminar por la tierra arada, me encantaba ese olor a tierra y siempre encontraba piezas indígenas como pedazos de vasijas, entre otras cosas. Estoy seguro que si ese terreno lo bregan otra vez, van a encontrar muchas cosas.”

Me habló de un lugar donde no se cultivó nada: “Detrás de la universidad hay como una colinita pero que tiene como un hoyo, pues allí nunca sembraron por lo dificultoso que era el espacio del terreno, allí dejaban los caballos. Le decían los conucos.” Me habló de la producción de la finca: “En la finca Ada trabajó mucha gente y en la finca del lado de allá y en la finca del barrio Arenas, finca Margarita. Donde está la Autoridad de Energía Eléctrica allí también había una finca, la finca San Andrés que sube hasta el barrio Las Piñas en Caguana. Esas tres fincas estaban sembradas de caña y café. En la finca Ada nunca se sembró café, y, si se sembró, duró muy poco. Cuando se eliminó la caña de azúcar, en la finca se dedicaron a la ganadería. Donde esta ubicado el edificio C de la universidad, eso era una vaquería. Donde están los edificios de arriba, eso estaba sembrado con frutos menores como maní, pimientos, pepinillo, entre otros.

Ese proyecto no duró mucho porque esa finca era una herencia de hermanos, la realizaron y después la vendieron.” Me dijo también que no dudaba de que esa finca, en sus tiempos, fuera una posible guarida de Garionex. Terminó su narración de este modo “No hay nada que no me gustara de esa finca, era la mejor de Utuado, la finca Ada. Lo mas que me gustaba era la zafra, la época del cultivo de la caña, me encantaba, bonitos tiempos…”

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